miércoles, diciembre 14, 2005

Páez, ¿el (ir)responsable?

Santiago, 13 de diciembre de 2005.

"Sí Guillermo, es para taparse la cara."
(Titular de artículo en "El Líder de Melipilla", sábado 10 de diciembre)

Guillermo Páez, que no era un desconocido para Deportes Melipilla, asumió en la banca del equipo a finales de abril, cuando los resultados que obtenía el cuadro blanco de la mano de Juan Ubilla no dejaban ninguna duda de que el destino del equipo era el descenso; en un penoso contraste con el equipo que lo acompañó en el ascenso, Deportes Concepción, que se perfilaba con buenos resultados.

Páez no fue un hombre distinto al entrenador que es para dirigir al cuadro melipillano. Su esquema es netamente defensivo, y así operó Deportes Melipilla hasta el final. Sin embargo, ese mismo esquema que tanto criticamos mostró buenos resultados. Los empates frente a Universidad de Chile (como local) y ante Colo Colo (de visita) parecían darle la razón, y a su vez, devolvían la esperanza a la hinchada melipillana, que hizo lo que no se ha visto en muchas temporadas: apoyar en masa a su equipo.

El Clausura entonces parecía promisorio para Deportes Melipilla, que poco a poco veía cierta la posibilidad de dejar atrás el descenso, y hasta de dejar atrás la liguilla. Ahora bien, el equipo no dejaba de mostrar signos preocupantes que se repitieron todo el año y nunca fueron solucionados. A saber: Una dramática dificultad en recuperar el balón, falta de finiquito en las ocasiones de gol, un planteamiento táctico que entregaba gran parte de la cancha al equipo contrario, y una falta de gol en sí que causó que, si bien Melipilla no recibió muchos goles en la cuenta gruesa, tampoco los convirtió.

Hagamos una pausa en este orden cronológico para comentar una declaración de Páez en el partido ante Palestino. No sé si la recuerdan, pero el entrenador hizo mención al planteamiento que daba al equipo al decir que manejaba "una plantilla de seis millones de pesos". Juan Ubilla también expresaría al comienzo del campeonato que las limitaciones presupuestarias limitaban al equipo. Y es cierto; Deportes Melipilla fue un equipo pobre, sin grandes figuras, y con jugadores muy jóvenes o ya entrando en lo veterano. Ahora bien, personalmente creo que, si bien las limitaciones de dinero pueden haber afectado al equipo y que un plantel con mejores jugadores pudo haber hecho más, no constituye una justificación este motivo. En primer lugar, no podemos decir que el nivel de la Primera División le quedara demasiado grande a Deportes Melipilla, al menos en el papel. Claramente la mayoría de los equipos no estaba a un nivel inalcanzable para el cuadro del Caballito. Además, ese mismo equipo de seis millones hizo grandes partidos a los cuadros difíciles... Fallando del mismo modo en momentos claves frente a cuadros débiles.

¿Qué pasó en San Felipe, por ejemplo? Páez y sus jugadores, que en algún momento reclamaron contra una hinchada que los insultaba, se encontraron en esa ocasión con un masivo apoyo. ¡Y jugaron a nada! Un partido que era clave, un partido donde había que salir a matar; y Deportes Melipilla ni siquiera fue capaz de defender bien. Y un equipo que descendió directamente y que estaba en estado de agonía tuvo en jaque al cuadro blanco.

¿Qué pasó contra Universidad de Concepción? Partido jugado de local; donde era intrínsicamente necesario salir a ganar. Y Deportes Melipilla sale con el mismo planteamiento técnico de siempre, regalando la cancha al defender, sin ataque. Fallas del equipo que en buena parte responden al entrenador. Porque si bien las fallas de los jugadores fueron notorias en varios partidos, también hubo una gran (ir)responsabilidad del entrenador. Páez enfrentó todo el torneo con el mismo esquema, y no tuvo la perspicacia necesaria para percatarse de que hubo un punto de inflexión en el torneo, de que en algún momento se hizo necesario cambiar de estrategia y de que a Deportes Melipilla ya no le bastaba defender, sino que debía salir a buscar los puntos para asegurar y así tener una cuenta de ahorro en las últimas fechas. Error del entrenador; que se mantuvo en sus trece.

Ahora bien, la gota que rebalsó el vaso fueron las declaraciones de Páez en el último partido del Clausura, ante Colo Colo. Deportes Melipilla quedó hecho el hazmerreír del país cuando con sus poco meditadas declaraciones Guillermo Páez sugirió que había dicho a sus pupilos que se dejaran perder porque prefería no ir a Osorno. Aunque el planteamiento del DT pudiera ser lógico, ¡eso no se hace! Primero, porque Deportes Melipilla tenía que ganar o ganar. Todos sabíamos que esos tres puntos libraban a Deportes Melipilla de cualquier viaje, porque lo más probable era que Universidad de Chile le ganara a Coquimbo Unido. (que fue lo que sucedió) Entonces, si Páez no quería viajar, debió haber enviado a sus pupilos a hacer el milagro, no a dejarse perder. En segundo lugar, como ya mencioné, la imagen del equipo quedó por los suelos. ¡Si hasta Iván Valenzuela -que no es un erudito futbolístico- comentaba en "Lo que queda del día" (Radio Cooperativa) las declaraciones de Páez! Y en tercer lugar, ninguneó a O'Higgins de Rancagua, que en la cancha le hizo tragar sus declaraciones.

Volviendo nuevamente al artículo de "El Lider", este menciona que en ese momento se le debió haber pedido la renuncia a Páez por parte de los dirigentes. Probablemente hubiera sido una buena medida, pero también era un arma de doble filo descabezar la dirección técnica en un momento tan riesgoso, y es comprensible que los dirigentes hayan preferido mantenerlo. Pero al menos era esperable un cambio por parte de Páez, y no pasó nada. Nuevamente no fue capaz de mandar al equipo a buscar el resultado; y el partido en Rancagua se desaprovechó, y el corazón que pusieron los jugadores en el Roberto Bravo fue insuficiente.

Ciertamente no se puede decir que toda la responsabilidad de la baja de Deportes Melipilla a Primera B corresponda al técnico. Sin embargo pienso que tiene una cuota grande de responsabilidad. Ahora bien, sobre responsabilidades y sobre el futuro de Deportes Melipilla, son interrogantes que deberemos plantearnos todos, y que el destino responderá como se resuelven.

Esperemos que el próximo año (y que un nuevo entrenador, si me preguntan) traiga(n) nuevos aires a Deportes Melipilla y la esperanza de mostrar un buen fútbol que nos lleve de vuelta a la división de honor.


Desde la capital de Chile, un hincha de Deportes Melipilla,

Eduardo Peñailillo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola estimado;

esto se puede explicar por 2 razones:

1.- el discreto nivel demostrado por melipilla en el campeonato nacional.

2.- el que mi compañero, hincha de rangers todavía esté enchuchado de cuando fue a ver perder a su equipo a melipilla, quizás por eso sea tanto el ensañamiento con el potro.

De todas maneras Traverso y en menor medidad, Zanello se lo merecen. También Monegat, y Polilla es discutible, le puede poner huevos, pero yo también lo encuentro malito.

No olvidar al gran Freddy Ferragut, quien la da nombre a un premio, jojojojo

Espero que se tome esto en buena, sabiendo que tratamos de hablar de todos los equipos de chile...

Siga en esta noble y gran labor...un saludo de todo el equipo de la_rompieron

Anónimo dijo...

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Un abrazo y muchas gracias...