Santiago, 5 de abril de 2008.
Durante la semana pasada los regentes de Deportes Melipilla confirmaron a quien será el entrenador del equipo durante el resto de año 2008. No se trataba de Eduardo Bonvallet, como querían muchos hinchas. Afortunadamente, tampoco de los favoritos de siempre de parte de la dirigencia: Guillermo Páez, Hernán Godoy y otros. Era un nombre conocido en el medio chileno, pero que no aparecía como alternativa a priori, aunque su nombre fue ganando peso con los días: Ricardo Dabrowski.
El “polaco”, que desde el 2005 no dirigía en Chile, trae a Deportes Melipilla una larga trayectoria luego de dos técnicos que hacían sus primeras armas (con buenos resultados en el caso del primero, Musrri; y regulares a malos en el segundo, Fuentes), y luego de los desastrosos resultados obtenidos durante el 2008 y del desorden que eso provoca, es bueno que se haya apostado por alguien de esas características para comenzar el trabajo con algo muy necesario en el cuadro melipillano: “ordenar el camarín”. De muchos he escuchado el comentario de que, con el juego y el plantel que Deportes Melipilla tiene, resulta ilógico que ocupe el último lugar; y resulta ilógico sin considerar el factor de que claramente, por más que se demuestre lo contrario “para afuera”, al equipo le falta orden y cohesión, y además se desanima (y se desarma en medio de los partidos) muy fácilmente. Allí la experiencia de Dabrowski será vital para volver a cohesionar al plantel.
Por otra parte, su experiencia en equipos grandes es un indicador que no se amilanará para jugar ante cualquier equipo, y además ante el tremendo desafío que le espera, pues el primer objetivo que tiene es muy claro: salvar a los Potros del descenso. Y para ello, junto con que esperamos que mantenga el estilo de Musrri y Fuentes de plantarle juego a cualquiera, también deberá evitar cometer los errores de tozudez del segundo y cuidar el resultado cuando sea necesario, cosa que, de haber sido practicada, seguramente tendría a nuestro equipo encumbrado en una mejor posición.
Un tercer y último aspecto que podría cambiar, y merece destacarse, es el del trabajo durante la semana. El “polaco” ya advirtió que en esta primera semana se realizará trabajo en jornada doble de martes a viernes, marcando desde ya diferencias con su antecesor. Y es que incluso el técnico interino, José Díaz, habló de la necesidad de mejorar el trabajo durante la semana, y, literalmente, “llevarlo a un nivel de Primera División”. Llegar con el predicamento de más trabajo (y ojalá mejor) ya habla bien de Dabrowski, y es de esperar que junto con ello, la labor rinda frutos.
El nuevo entrenador melipillano trae luces de esperanza al colista del Apertura. Sólo el tiempo dirá si eran estrellas fugaces, o al fin los Potros salen del túnel oscuro en que se han metido.
Eduardo Peñailillo.
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